La picadura de abeja es la parte negativa de un insecto que nos proporciona algunos de los mejores productos que da la naturaleza. Un mal menor bastante molesto, pero que cuenta con tratamientos y remedios caseros para que se sobrelleve de la forma menos incómoda
La picadura de abeja, junto a la de avispa, es una de las más temidas por los seres humanos.
De hecho hay personas que tienen auténtico pavor cuando se acerca alguno de esos insectos. Pero al mismo tiempo, y paradójicamente, la picadura de abeja también se puede convertir en una aliada contra algunas enfermedades como vimos en el artículo dedicado a la apiterapia.
Aunque lo normal es que la sangre no llegue al río y la picadura se pueda tratar con los mecanismos que tenemos a nuestra disposición, hay que tener muy en cuenta a las personas alérgicas al veneno de las abejas.
En este caso la reacción que se provoca es más grave y requerirá la oportuna atención médica.
Pero vayamos por partes.
¿Por qué pican las abejas?
Aunque la picadura de abeja no es tan común como la de avispa, cada verano se producen casos que nos indican que hay que estar alerta y tomar algunas precauciones. Pero la pregunta que muchos se hacen es la razón que lleva a las abejas a picar a una persona.
Se trata ni más ni menos que un mecanismo de defensa ante una amenaza inminente, bien sea un animal o una humano.
Además la picadura de la abeja cumple una doble función: por un lado de ataque al que la sufre y, por otro, sirve de alerta para el resto de la colonia, ya que el insecto también libera una feromona que tiene este cometido.
Lo curioso de la picadura de abeja es que se trata de una especie de sacrificio por el grupo, puesto que el insecto muere cuando clava su aguijón. Al contrario de lo que sucede con las avispas, las abejas no pueden vivir sin ese aguijón, ya eso supone que su abdomen se desprenda del cuerpo.
¿Qué sucede cuando pica una abeja?
Cuando se produce una picadura de abeja los acontecimientos se desarrollan con mucha rapidez.
En el momento que el insecto clava su aguijón, el veneno que hay en su interior se libera y se empiezan a producir unas reacciones que no se suelen prolongar demasiado en el tiempo. Lo más normal es comenzar a sentir un fuerte dolor en la zona, donde veremos que poco a poco se va formando un pequeño hinchazón de color rojizo.
Posteriormente, el dolor dará paso al picor y al escozor. Esos síntomas pueden durar unas horas.
En algunos casos el veneno de la abeja provoca una sensación de malestar general y ansiedad e incluso alteraciones en el sistema nervioso. Por su parte, las personas alérgicas sufren todos estos efectos multiplicados, además de una fuerte hinchazón de la zona afectada.
Hay que tener en cuenta que la alergia a la picadura de abeja se desarrolla después de que la persona en cuestión haya sufrido un aguijonazo al menos una vez. A partir de ese momento puede sufrir esa alergia, que se presentaría en las siguientes picaduras.
¿Cómo tratar una picadura de abeja?
Es lógico preguntarse qué hacer cuando te pica una abeja ya que nadie está exento de que algún día le ocurra.
El proceder después de haber sufrido el aguijonazo es sencillo excepto en el caso de los alérgicos, que requerirán como hemos comentado de atención médica.
Paso 1
Lo primero que se debe hacer es extraer el aguijón si aún sigue incrustado en la piel. Se puede realizar simplemente con los dedos. Eso sí, habrá que tener precaución para no liberar el resto del veneno que quede dentro, por ello es desaconsejable realizar la extracción con unas pinzas.
Paso 2
La siguiente cosa que hacer cuando te pica una abeja es lavar bien la zona con agua y jabón como si se tratase de una simple herida. Al fin y al cabo esta operación es la que más ayuda a desinfectar.
Paso 3
Y finalmente se puede aplicar hielo o acercar un producto congelado con el objetivo de calmar la hinchazón.
Con estos tres pasos sería suficiente para aliviar los efectos de la picadura, aunque siempre que las molestias se prolonguen en el tiempo o sean muy dolorosas habrá que acudir de inmediato al centro médico más cercano.
Remedios caseros para tratar la picadura de abeja
Como no podía ser de otra manera, existe un buen abanico de remedios caseros para realizar el tratamiento de una picadura de abeja. Son trucos tradicionales fruto de la sabiduría popular que complementan los pasos básicos anteriormente citados con el objetivo de calmar más rápidamente las molestias derivadas de la picadura de abeja.
Aplicar miel.
Curiosamente el producto que fabrican las autoras de la picadura, la miel, se convierte en un buen remedio para aliviar los dolores del aguijonazo. Las propiedades y beneficios de la miel hacen que si se aplican unas gotas de este endulzante natural en la picadura sintamos una sensación de alivio y frescor muy beneficiosa.
La salvia también tiene un efecto calmante muy efectivo a la hora de realizar el tratamiento de una picadura de abeja. Para ello hay que machacar unas cuantas hojas de esta planta y colocarlas en la zona afectada.
Rodaja de patata cruda.
Los productos naturales siguen siendo los protagonistas de los remedios contra la picadura de abeja. Un ejemplo es el truco que nos invita a poner una rodaja de patata cruda en la picadura, ya que eso ayudará a reducir las molestias.
Aplicar barro.
Si la picadura de abeja llega en mitad del campo y no tenemos a mano ninguno de los productos anteriormente citados, un truco clásico es aplicar un poco de tierra humedecida, o sea barro. Este tratamiento es eficaz tanto en picaduras de abeja como de avispa.
Pasta de dientes.
Otro de los remedios en caso de picadura de abeja es el uso de la pasta de dientes. Para ello se pone un poco en la zona afectada y se deja reposar durante unos quince minutos antes de retirar. Si las molestias como el picor y el escozor persisten, se puede volver a repetir la operación unas horas después.
Cosas a tener en cuenta para evitar la picadura de abeja
En cualquier momento podemos tener la mala suerte de sufrir una picadura de abeja, especialmente las personas que se dedican a la apicultura y las que viven en el campo o poseen jardines de flores o huertos. A pesar de todo hay que tener en cuenta una serie de consejos para evitar, en la medida que se pueda, sufrir la ira de estos insectos.
Si nos acercamos a una colmena o un panal de abejas de forma accidental, es importante alejarnos de una manera sigilosa y tranquila para evitar alterar a los insectos. En los meses de primavera y verano es conveniente evitar pasear por grandes jardines en floración.
Además, si se consume al aire libre algún líquido azucarado se debe tener mucho cuidado ya que puede atraer a abejas o avispas. Por último, si se sale al campo y se deja ropa en el suelo, es conveniente comprobar antes de ponérsela si se ha posado algún insecto de este tipo.
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Fuente:Universo miel
Fuente:Universo miel
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