19 mar 2017

POR QUÉ LA SALUD DEL SUELO AFECTA A LOS HUMANOS

 El especialista australiano postula que la mala nutrición
 de las plantas está afectando nuestra salud.
Graeme Sait, experto australiano, sostiene que la agricultura actual ha descompensado el equilibrio del suelo destruyendo su flora y fauna, lo que ha llevado a que las plantas ya no posean condiciones nutricionales adecuadas, lo que termina afectando a la salud humana. Para solucionarlo propone reincorporar conocimientos tradicionales, para recuperar el humus y que de esa forma los alimentos recobren sus niveles. Jueves, 09 de junio de 2016 a las 8:30

Por Patricia Vildósola

Somos lo que comemos. Y si seguimos produciendo como hasta hoy, estamos afectando nuestra salud, pues las plantas están mal alimentadas. Es lo que sostiene el australiano Graeme Sait, especialista en nutrición de los suelos, quien insiste en que para que la producción de alimentos sea sustentable, hay que trabajar con la naturaleza y no contra ella.

El especialista recalca que "la salud de los suelos afecta la salud humana y la del planeta" y es urgente tomar medidas para que se recupere el balance de minerales, microbios y el humus para obtener alimentos bien "nutridos". Lo que ocurriría es que con el actual manejo nutricional la planta no tendría disponible una gran cantidad de minerales. Y si bien se intenta compensar a través de otros productos, al final, lo que se consigue es destruir el suelo productivo y que la planta crezca desequilibrada, provocando así un avance de las plagas y enfermedades. Por eso, dice, hay que hacer una "agricultura nutricional".


"El sistema de producir nutrición entrega alimentos con sabores olvidados, con más condiciones medicinales, una mayor vida de anaquel y una menor contaminación química. También considera rentabilidad para los agricultores, a medida que aumentan su sustentabilidad", plantea Sait, quien el próximo lunes 20 dictará en Curicó el curso sobre "Un suelo sano/Cultivo vital", patrocinado por Asoex, Ceres y Agrovita.

A sus postulados ya se incorporan distintos países. Cuenta que en solo un año ha recorrido 33 de ellos en todos los continentes, capacitando a agricultores. Así, por ejemplo, en Sudáfrica, capacitó a agricultores proveedores del retail más grande del país, Woolworths, y también trabaja con asesores de la DoleCorporation.

-¿Por qué habría una alta relación entre la salud del suelo y la humana?

-Somos lo que comemos y esto viene de suelos que hoy son solo una sombra de lo que eran. Hipócrates, fundador de la medicina moderna, dijo "deja que la comida sea tu medicina y que la medicina sea tu alimento". Las investigaciones en nutrición de los últimos años han demostrado el profundo significado de esas palabras.

La comida fresca contiene todo lo que nuestro cuerpo requiere y provee de un asombroso conjunto de compuestos... Es crítico entender que la cantidad y la calidad de esas cualidades medicinales en nuestros alimentos depende de cómo fueron cultivados. El sistema químico extractivo de cultivos ha desbalanceado nuestros suelos, sacando minerales, esterilizándolos y quemando carbono.

La "agricultura nutricional", se refiere a traer de regreso esas condiciones medicinales a nuestros alimentos. Se trata también de reducir los residuos tóxicos que parecen haberse convertido en un factor de riesgo aceptado cuando buscamos nutrirnos. Un estudio de EE.UU. analizó la presencia de 13 de los químicos más usados en los cuerpos de 1.400 niños. Todos presentaron niveles no aceptables de esos compuestos.

-Pero, entonces, ¿cuál es la mejor forma de producir alimentos de manera sustentable?

-Es imperativo cambiar la forma de producir alimentos. La actual tasa de pérdida de capa vegetal del suelo habla de que tenemos solo 60 años antes de que no quede nada sobre lo que producir el alimento. La capa de suelo está desapareciendo porque hemos perdido demasiada materia orgánica. El humus es lo que aglutina y mantiene el suelo unido, previniendo la erosión. Hemos perdido cerca de dos tercios de él por los químicos del modelo de agricultura extractiva, y la masiva liberación de carbono que es ahora CO2 en la atmósfera.

-Los estudios muestran que la agricultura tiene un alto impacto, negativo y positivo, en el cambio climático...

-La forma más rápida de revertir el cambio climático es cambiando la manera en que hacemos agricultura y comenzar a construir humus, en lugar de destruirlo. Cuando aumentamos la materia orgánica nutriendo nuestros suelos, más que sacando de ellos, capturamos efectivamente CO2 de la atmósfera. No podemos hacer más moléculas de carbono, sino que es la misma cantidad que se mueve entre el suelo, las cosas vivas y la atmósfera.

Mucha gente no entiende que la única forma que hay para reversar el calentamiento global es capturar el CO2 como humus estable en nuestros suelos. Afortunadamente, el gobierno francés entendió esta ecuación. Su nueva iniciativa "4 en 1.000" se refiere a incentivar a los agricultores a aumentar su material orgánica en 0,4% cada año. Sus científicos han reconocido que es la manera más efectiva y simple de responder al desafío del cambio climático. Afortunadamente otros 22 países han firmado también esta iniciativa.

-Usted plantea que tenemos que trabajar con la naturaleza y no contra ella. ¿Entonces el hombre siempre ha producido sus alimentos atacando a la naturaleza?

-No siempre hemos hecho agricultura con este modelo extractivo, químico y antinaturaleza. Durante cientos de años los agricultores devolvían a los suelos materia orgánica, al abonar con estiércol y utilizar cultivos de cobertura. Además, ellos no los asaltaban con crecientes cantidad de ácidos y sales fertilizantes, que pueden ser muy duras con la vida de los suelos. Un químico alemán comenzó con este fiasco en el siglo 19, al descubrir que las cenizas de una planta consistían básicamente en nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K). Entonces anunció que eso era todo lo se necesitaba para producir alimentos y muchas fábricas de armas que estaban sin operar se volcaron a fabricarlos.

Este concepto de "fertilidad en una bolsa" fue un cambio absoluto en la forma de hacer agricultura. Pero bastó un corto período para que esta nutrición comprometiera el suelo y las plantas. Es muy simple: cada vez que sacamos un cultivo, retiramos una cantidad de los 74 minerales que se encuentran en un suelo saludable, pero solo le devolvemos tres.

No pensamos que este acercamiento simplista impacta los requerimientos de los microbios, plantas, animales y por supuesto a nosotros. Las plantas fueron las primeras en mostrar su malestar, volviéndose más susceptibles a enfermedades y plagas.

-¿Si esa fórmula es para fertilizar, cómo es posible que tenga un efecto tan negativo?

-La resiliencia del suelo ha sido comprometida en tres frentes. Primero, los granjeros ya no alimentan a los microbios y lombrices del suelo con cultivos de cobertura ni estiércol. Este aportaba un amplio espectro de minerales... Después están las lombrices, que llevan los minerales a la zona de las raíces, los magnifican y estabilizan con el humus que producen.

Segundo: ningún mineral es una isla, todos se impactan entre sí. Cuando sobreaplicamos NPK, como casi todo agricultor hace, impactamos la absorción de otros minerales y la capacidad de la planta para protegerse se compromete.

El tercer impacto negativo es el efecto de las sales y fertilizantes acidificadores en la vida del suelo y la materia orgánica. Cada kilo de nitrógeno que se entrega por sobre lo que la planta necesita, quema 100 kilos de carbono del suelo. Este se transforma en CO2 en la atmósfera. Además, los compuestos de sales deshidratan organismos unicelulares del suelo y los de ácidos destruyen importantes criaturas como hongos.

Esto llevó a utilizar "químicos de rescate" para que la producción continuase en ese entorno. Los químicos comprometieron aún más la vida del suelo y a las plantas que buscaban proteger. Así, hoy tenemos un sistema completamente insostenible, en el que colocamos cada año más y más químicos, obteniendo una menor respuesta.

-La tecnología es clave en la productividad y eficiencia en el agro ¿No es irreal querer volver a la agricultura tradicional?

-No propongo regresar a la agricultura tradicional. Sugiero que necesitamos reconocer la sabiduría de algunas de esas prácticas y, al mismo tiempo, darnos cuenta de lo insostenible del actual acercamiento... La ciencia involucra aprender de la naturaleza, entendiendo su interrelacionada complejidad y trabajar desde esa comprensión para resolver los problemas más que tratar los síntomas. El suelo tiene tres componentes básicos: minerales, microbios y humus, y nosotros tenemos que manejarlos y nutrirlos. Esa es la esencia del sistema de agricultura nutritiva.

-¿Hacerlo sin químicos no es agricultura orgánica?

-La agricultura orgánica convencional es acerca de lo que no se puede hacer..."Cultivar Nutrición" es sobre las cosas que se pueden hacer para construir humus y un suelo vivo, mejorar el balance mineral y crear una planta mucho más resiliente... Un productor orgánico desinformado no es distinto que uno convencional mal guiado. Ninguno sabe del manejo de los minerales, microbios y humus en relación con las raíces que causa la presión de las plagas. Al menos el convencional tiene a los químicos como soporte.

Fuente: El mercurio

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